JAIME PARRA
Poeta, arquitecto, pintor. Un hombre del Renacimiento. Así califican quienes lo conocieron a Fernando Gil Morales, fallecido durante la reciente pandemia y a quien sus familiares han realizado un reconocimiento en forma de exposición que se inauguró, con la presencia del concejal de Cultura de Cehegín, el pasado 14 de octubre en el Museo Arqueológico de Cehegín.
“Más allá de las líneas” es el nombre de esta exposición que pretende hacerle justicia al arquitecto creador del Molino Chico y del edificio social de La Verja, que soñó otros edificios cuyos planos se pueden ver en la exposición; al autor, entre otros, de «Sonetos», «Proverbios insignificantes», «Ensoñación ajena», «Arquitectura del sentimiento», «Brígida», «La configuración de Esteban», «Cataclismo», «Un disfraz para una actriz» y «Aforismos»; al pintor, cuya familia ha encontrado, aparte de los conocidos, cientos de dibujos en tamaño folio o cartulina.
Todas estas facetas del artista que nació al finalizar la Guerra Civil las encontramos en la exposición en dos salas del Museo Arqueológico que se divide en distintos paneles explicativos y donde incluso se recrea en tres dimensiones una vivienda familiar que finalmente no se llevó a cabo.
Toda la muestra es un acto de justicia, pero también de reparación con un arquitecto indomable, adelantado a su época, ya que entendió que la construcción debe estar al servicio del hombre siempre respetando el entorno, como se puede comprobar en el Club Molino Chico de Cehegín.
Fernando Gil Morales donó en el año 2016 una treintena de pinturas y varios libros «con el ánimo cierto de que es beneficioso para la sociedad de mi pueblo natal», pero además de lo ya donado y de la obra expuesta en el Museo Arqueológico aún queda gran parte de su obra desconocida excepto para su círculo de familiares y amigos.
Una obra que a la familia le gustaría que estuviera expuesta en un espacio de su pueblo natal para que se conozca mejor y se pueda ahondar en la obra de este artista calificado con fundamento como hombre del Renacimiento.
Semblanza
Fernando Gil Morales nace en Cehegín en 1938 y fallece en el mismo municipio en el año 2020. Dotado de una inteligencia y sensibilidad privilegiadas que bien supo ver su padre el poeta Fernando Gil Tudela, destacó en el dibujo y en la pintura mucho antes de que se revelara su gran personalidad artística y su descollante genialidad. Después de terminar la enseñanza primaria y secundaria con brillantes calificaciones, cursó estudios de arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectos de Madrid (ETSAM) dejando un grandísimo recuerdo y un ejemplo indiscutible entre sus compañeros. Como arquitecto, ha proyectado varios edificios, sobre todo en Cehegín, pero la mayor parte de su obra arquitectónica permanece inédita. En ella, no sólo hace gala de su valía artística y su inevitable huella poética sino también se revela al humanista preocupado por el bienestar de sus usuarios.
Como pintor, se adhiere mayoritariamente a la abstracción, en donde la relación de líneas, colores, texturas etc. son como una especie de música visual.
Como inevitable consecuencia de su sensibilidad, su gran cultura y su gran talento, no podía faltar su cita con la palabra escrita, sobre todo en la poesía y en el teatro, ya que, para él, en su dimensión más profunda y espiritual, la poesía sustentaba todas las artes.
Persona de una enorme espiritualidad y profundamente religioso, a su manera, era un enamorado de la belleza a la que quería unir al bien y a la verdad, manifestándose, de esta manera, su anhelo de infinito.