Carlos Blanco Fadol: el musicólogo que creyó en Barranda

"El 4 de mayo de 2023, se presentó en Murcia ante notario, las firmas que faltaban para la legalización de la Fundación Carlos Blanco Fadol"

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Carlos Blanco Fadol: el musicólogo que creyó en Barranda
Carlos Blanco Fadol: el musicólogo que creyó en Barranda

JUAN DE DIOS MORENILLA

Nace esta entrevista en tierras alicantinas, no lejos de su casa, en el corazón de la comunidad con más formaciones musicales del país. En las calles suenan bandas de música festera de moros y cristianos, es una buena forma de iniciar la entrevista a un apasionado de las músicas del mundo, Carlos Blanco Fadol, uruguayo de nacimiento y caminante -como él se autodenomina- por vocación. Tiene un largo currículum cultural y social. Ha recibido prestigiosos premios como etnomusicólogo y escritor en Latinoamérica y Europa, habiendo sido propuesto para los premios Príncipe de Asturias y el Rolex.

Pregunta: Tu ciclo vital sigue tan activo como siempre, ahora tienes en ciernes escribir un nuevo libro ¿Se perpetuará de alguna forma tu gran obra de investigación, de creación musical, literaria y de ayuda social?

A modo de primicia, te diré que el 4 de mayo de 2023, se presentó en Murcia ante notario, las firmas que faltaban para la legalización de la Fundación Carlos Blanco Fadol. Era un reto largamente esperado, ya que la dimensión y diversidad de mi obra lo demandaba. La Fundación cuenta con profesionales de indudable prestigio, que redundarán en la efectividad de las acciones a realizar tanto en el ámbito nacional como internacional. Destacan las actividades musicales con disminuidos visuales y otras discapacidades, animados por el éxito de la experiencia con la O.N.C.E. en Alicante con jóvenes ciegos de cinco países europeos, y de la orquesta “Oír y tocar con otros ojos” que he formado en México.

Se creará una escuela taller de fabricación de instrumentos musicales utilizando herramientas especialmente adaptadas para ciegos con información en alfabeto braille.  Potenciaremos los Museos de la Música Étnica, colección Carlos Blanco Fadol, y estudiaremos la creación de otro museo temático con los fondos de la colección. Se organizarán exposiciones sobre instrumentos musicales en Universidades, centros culturales, etc. de diferentes ciudades y países. Crearemos un premio anual internacional para intérpretes, investigadores y todos aquellos que aporten al enriquecimiento y divulgación de la música étnica. Las conferencias con demostraciones en directo tendrán continuación, así como recuperar en el Museo de la Música Étnica de Barranda los “Conciertos Sentidos”, que tanto éxito despertaba los domingos. Eso, para empezar.

         Con relación a los libros, te comento que llevo ya doce obras editadas y tres premios literarios, el último de la “International Latino Book Award 2022” en Los Ángeles, EEUU. Lamentablemente carezco de suficiente perspicacia como para realizar presentaciones de mis libros, aun cuando estos hayan sido premiados. Lo mismo sucede con mis grabaciones. En estos momentos estoy escribiendo “Total, si mañana nos vamos”. En este libro, probablemente el más duro que escribiré y a la vez el más apasionante, queda patente aquello de que la realidad supera a la ficción. Es un reflejo de la propia vida que me ha tocado vivir, con tintes cinematográficos tan espectaculares y duros como increíbles. Me resulta fácil escribir, ya que solo tengo que recordar e hilvanar.

          Mis invenciones musicales, son la parte menos conocida de mi trayectoria, pero personalmente creo que es la más apasionante. Tengo casi un centenar de creaciones de todos los tamaños, formas y mecanismos. Algunas premiadas en ferias internacionales, como la Musik  Messe de Frankfurt, Alemania, otras presentadas en exposiciones en diferentes países. Algunas con fines didácticos, otras como un reto para realizar música utilizando la fuerza de los cuatro elementos de la naturaleza. En esta ocasión se trata de artilugios gigantescos. Fui candidato al “premio Rolex a la iniciativa” en el año 1995, al crear instrumentos musicales adaptados a diferentes minusvalías. La Universidad de Alicante prepara para el año próximo una exposición con todas mis creaciones.

Pregunta:   Tus museos de música étnica son un referente mundial ¿Por qué elegiste Barranda para instalar el más importante de los museos que has creado?

Es una historia que se remonta al siglo pasado. Mi amigo Manuel Luna, erudito musicólogo, cantante y músico, me habló con tanto entusiasmo de las Fiestas de las Cuadrillas de Barranda, que un domingo frío de enero, accedí acompañarlo. Quedé profundamente enganchado. Contemplar todo un pueblo expresando una tradición centenaria con ese entusiasmo, generosidad, respeto y humor, me cautivó. Tal vez influyó una expresión musical similar a los trovos en Uruguay, el país donde nací, conocida como “payadas”, donde dos músicos se retan “milongueando” entre sí; probablemente su origen provendría de estas tierras murcianas. Luego conocí a un querido hijo de Barranda, Juanito Fernández, que terminó de involucrarme totalmente con el lugar y su cultura. Una tarde comentamos entre nosotros sobre mi colección de instrumentos musicales étnicos que llevaba años guardada en almacenes. Ahí surgió la primera luz, al sugerirle a Juan la posibilidad de que el museo de música étnica podría entrar en comunión con la Fiesta de las Cuadrillas de Barranda, si se instalara en una tierra que conserva sus tradiciones vivas desde hace siglos. A partir de ese momento Juan Fernández con el ímpetu y nobleza que lo caracteriza, movió todos los contactos posibles e imposibles y junto con el ex Director General de Cultura José Miguel Noguera hicieron realidad el milagro. Y con los años dicho milagro cundió de tal forma que el Museo de Música Étnica es internacionalmente único y con la variedad instrumental representativa de las culturas del mundo más amplia.  Ello ha supuesto el reconocimiento a la obra de diferentes estratos culturales, con premios internacionales en países de tres continentes y dos candidaturas a los Premios Príncipe de Asturias, en 2006 a las Artes y en 2009 a la Concordia.

Pregunta: Has recorrido más de medio mundo con tus investigaciones etnológicas para poder gestar los museos de música étnica ¿qué lugares te impresionaron más y en dónde comprobaste que la música ancestral, nuestra primera raíz cultural, desaparece inexorablemente?

Llevo más de medio siglo, “caminando” entre las etnias del mundo, tratando de rescatar y perpetuar para la cultura aquellos instrumentos ancestrales que al igual que las lenguas van desapareciendo. Podría decir que aproximadamente el 60 o 70 por ciento de los más de cuatro mil instrumentos musicales de 150 países de mi colección, han desaparecido o están en vías de hacerlo. Ello me llevó a intentar rescatar instrumentos desaparecidos hace mucho tiempo, y lo conseguí con la xirimieta de Mallorca, el tamboreco afroperuano o el ruuhuitú macho y el ruuhuitú hembra de los Yaguas del Amazonas. Contestando a tu pregunta, sin duda es en la selva amazónica donde, además de perderse el hábitat por la desforestación y la contaminación del medio, más sufre la cultura ancestral de los pueblos nativos, porque trae aparejado su desplazamiento forzoso, trayendo por ende la pérdida paulatina de su raíz cultural.

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