FRANCISCO MARTÍNEZ LÓPEZ
Tras siete días de intenso trabajo creyó llegado el momento del descanso, sin embargo, la contemplación de aquel ser hecho a su imagen y semejanza le hizo recapacitar y volver sobre el teclado. Colocó el puntero sobre el icono «deshacer» y de esta manera el hombre fue eliminado de la pantalla. De nuevo dirigió el puntero sobre el mismo icono y cliqueó sobre él y desaparecieron los animales, otro clic y los peces se desvanecieron, y las estrellas, y la tierra. Finalmente fue describiendo círculos con su dedo medio sobre la superficie táctil de su portátil y dirigió la pequeña flechita sobre el botón de «inicio», desplegó el menú y pulsó sobre «apagar». El brillo satinado del monitor se fue desvaneciendo hasta que todo quedó sumido en la oscuridad, después plegó la pantalla y respiró profundamente. Quizás sería más prudente dejar La Creación para otro momento.