MARIANA PÉREZ ALMAGRO/GERENTE Y TATUADORA EN SKULLS LADY TATTOO AND GALLERY
No dudé ni por un segundo en aceptar tan interesante propuesta, si mi trabajo como tatuadora servía para inspirar, allí estaría.
La mañana de un recién estrenado 2021 se presentaba fría, y llegué al lugar bastante nerviosa, como de costumbre cuando sé que voy a tener que hablar en público.
Tras el protocolo de entrada al centro, los trabajadores que allí me esperaban me enseñaron las instalaciones en total confianza y me contaron la labor que allí se desempeña.
Les hablo de Betania. Seguramente conocéis la Asociación y su actividad, así que me centraré en mi visita al centro y experiencia personal.
Fui invitada para dar una charla sobre mi trabajo a los usuarios que, por las actuales circunstancias, tuvieron que pasar allí estas diferentes navidades. Nos sentamos en círculo como los caballeros de la mesa redonda, aunque sus miradas estaban fijas en mí, esperaban atentos escuchar mis palabras sobre el fascinante mundo del tatuaje.
Sin tecnicismo ni adornos comencé a contarles mis conocimientos, lo que resultó excepcionalmente fácil. El frío y el nerviosismo pronto desaparecieron, ya que todos interactuaron de forma activa conmigo haciendo el transcurso de la mañana, más que como una ponencia, como una charla entre amigos, entre familia.
La mayoría de ellos tenían tatuajes y grandes historias tras los mismos, incluso alguno había probado a ser “tatuador” con una interesante máquina, (realizada ingeniosamente de forma artesanal con el motor de una muñeca). Algunos me pidieron consejo sobre sus proyectos para nuevos tatuajes. Tatuajes con gran significado, simbología y sueños de un futuro mejor implícito en sus diseños.
Porque una de las facetas del tatuaje que más me gusta realizar es precisamente esta, el recuerdo de nuestras vivencias, e impregnar en mí trabajo fortaleza para ayudar a la persona que lleve uno de mis diseños en su piel, a superar exitosamente una etapa.
Y ayudar, ayudar a que nunca se nos olvide que nuestra historia la escribimos nosotros mismos, ayudar con mi trabajo de una forma u otra, porque este es parte de mi mensaje y de mi esencia como persona y como tatuadora, porque a fin de cuentas si algo he aprendido de cada una de las experiencias de mi profesión y de mi vida, incluida esta que hoy os cuento, es que la vida es una “Cadena de Favores”.
Gracias por dejarme compartir mi mensaje, enseñaros lo que se hacer y enriquecer mi camino profesional y personal con vuestra aportación, haciéndome sentir parte de vuestra gran familia.
Gracias Betania.