JAIME PARRA
La obra de teatro “Mi cuerpo será camino”, que ha sido calificada como una de las mejores producciones de la trayectoria de Alquibla Teatro abrirá la programación cultural de otoño en el Auditorio Municipal de Calasparra el próximo 15 de octubre.
Con un género decididamente híbrido entre drama y comedia, la puesta en escena se mueve a caballo entre la tradición y la innovación, el dolor y el humor.
La obra se adentra en el viaje migratorio: el ansiado, el inesperado o el impuesto. La obra ahonda en los lazos de una familia originaria del Campo de Cartagena, que bien pudiera ser de cualquier ciudad periférica, en sus devenires migrantes. Recordar nuestra historia nos ayuda a empatizar con otros caminos migrantes.
Entradas: 5 euros. Ya a la venta en el Ayuntamiento de Calasparra y online en https://www.compralaentrada.com/…/mi-cuerpo-sera-camino…
Entrevistamos a Antonio Saura, director de la obra que protagoniza su mujer, la actriz Esperanza Clares, y que ha escrito su hija Alba Saura Clares.
¿De qué trata la obra?
No deja de ser una historia de desarraigo que estoy convencido de que surge de la experiencia personal de Alba, que en 2013 sale de casa, vive cuatro años en Berlín antes de una larga estancia en Buenos Aires, sus viajes por Latinoamérica, otra larga estancia en Nueva York… un recorrido que termina hace cuatro años en Barcelona, donde se asienta y es profesora titular de la Universidad Autónoma de Barcelona.
El sentirse extranjera en los lugares en que ha vivido o visitado la marca o la motiva en la escritura de una obra que en sí es una historia sobre los caminos migrantes de una familia de una región periférica, en este caso Murcia, pero podría ser cualquier otra donde la gente migra para encontrar una mejor vida, ya sea por motivos, económicos, sociales, incluso políticos, a Francia, Alemania o aquí en España a Madrid y Barcelona. Es un recorrido por más de cien años de la historia de este país, y que empieza en los últimos años de 1800 y finaliza en 2020.
Una migración que en la actualidad se produce desde África o América hacia España. Alba ha tenido siempre un profundo interés en reconocernos a nosotros mismos en nuestros caminos migrantes para poder empatizar con los caminos migrantes del otro que algunas veces pueden parecer solo la estadística de los muertos en patera. Viendo en la obra cómo nuestros bisabuelos primero se marcharon y ahora también lo hacen nuestros hijos, más que formados y preparados, podemos empatizar y comprender al otro.
Más de cien años de historia, ¿cómo la ha estructurado?
Está dividida en 24 escenas, y cuatro partes, y en cada una vemos un momento de miembros de cada familia. Vemos varios tiempos: los primeros en viajar que se iban pelados con una maletita prácticamente sin nada, a otros que abandonan España por temas políticos en el 36, hasta las últimas migraciones, como las de Laura o Daniela, que cuando lo hacen tienen formación, dominio de idiomas…
Todo un reto llevar todo un siglo a escena.
Es un reto muy difícil a nivel interpretativo, son seis actores haciendo veinticuatro personajes y donde los femeninos tienen un especial protagonismo, por lo que ellas tienen un poco más de peso. Es un reto complejo por los cambios temporales y espaciales, finaliza una escena y casi sin pausa nos situamos en otro tiempo y espacio.
sí que nos han ocurrido cosas tan hermosas como un actor o actriz que acaba una escena llorando y en un rapidísimo cambio de vestuario y caracterización entra como otro personaje en una fiesta y, aunque está feliz, aún las lágrimas le acompañan recorriendo su cara. Una experiencia apasionante para los actores.
La obra entra dentro del Plan ICA del Gobierno regional, ¿cómo trata este gobierno el teatro?
Las ayudas a las artes escénicas del gobierno regional son la más bajas de toda España peleando con Ceuta, Melilla y La Rioja. Y creo que alguna de estas comunidades ya nos ha superado. Las artes escénicas están dejadas de la mano de dios, y durante el confinamiento, con todo cerrado o reducido el aforo, las ayudas fueron muy justicas.
Dada la calidad de las artes escénicas de la región deberían tener un mayor apoyo económico del Gobierno regional.
¿Qué tiene el teatro que no tengan por ejemplo las series o la televisión?
Fundamentalmente el teatro es un arte que se comparte entre dos, actuante y espectador, el espectador es imprescindible, lo que está ocurriendo es aquí o ahora. Vives la respiración del actor, la lágrima que cae, la sonrisa o la carcajada… Cuando apareció primero el cine y luego la televisión muchos lo daban por muerto, y aquí estamos con un espectador fiel e incondicional.
Además, nunca se verá dos veces una misma interpretación.
Efectivamente, ni los actores ni los espectadores viven cada día la obra de la misma forma.
Tenemos un grupito de fans que nos ven en teatros distintos, que si a Caravaca, que si a Molina, que si al Teatro Circo de Murcia…, con los que nos gusta comentar la representación. Unas veces se fijan más en la riqueza o en el valor literario del texto, otras están pendientes de la interpretación.
Como un día nunca es igual a otro, tampoco una representación se repite de la misma manera.
¿Falta en este país una educación teatral, dado que desde muchos ámbitos se reconoce, al igual que a la música, sus beneficios?
Alquibla Teatro, la compañía, tiene una escuela de teatro de 2010, y este año tenemos trescientos alumnos inscritos, de los cuales casi cien son niños y jóvenes.
Pero el teatro debería impartirse como asignatura, es una deuda pendiente de nuestro sistema educativo. Deberían practicarlo de forma natural y con continuidad en su propio centro, no se trata tan solo de hacer una representación a final de curso o acudir un día al teatro.
