Ya en la calle el nº 1040

Antonio Fernández Jiménez

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

ANA VACAS

Antonio nació en Bullas en 1992, nadie mejor que él para criarse en un pueblo donde la cultura converge con las costumbres, tan apreciadas desde siempre por este joven escritor, periodista y doctor en Artes y Humanidades. Se especializó en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo de Madrid y tiene el Máster de Profesorado en la especialidad de Lengua Castellana y Literatura. Es miembro del grupo de investigación Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de Murcia en la línea Periodismo Literario, con la que participa en congresos nacionales e internacionales. Pero por encima de todo su currIculum, Antonio siempre ha tenido una enorme necesidad de percibir de los demás los condicionantes que modelan la vida personal y en este caso transferible, todo aquello que conforma a la persona, sobre todo de sus gentes y sus raíces, por ello ha sido siempre un ferviente oyente de historias, interesado en la forma de vida de las personas mayores que le han rodeado, sean amigos o familiares; sus carencias y riquezas, su manera de afrontar las situaciones con enorme calma y respeto. Todas estas vivencias, hacen de Antonio una persona repleta de las realidades de su pueblo y de recuerdos arropados por sus abuelos, impregnando de expresiones su mundo literario, que al leer nos trasportan a la infancia, que muchos como él hemos tenido tan cerca.

Volvió de Madrid después un Máster en Periodismo cultural, era verano y llegó a Inazares a un complejo turístico a pasar unos días; un pueblo pequeño de ancestrales hábitos y costumbres, con enorme calidad de vida, produciéndose un brusco e impactante choque, (desde una ciudad como Madrid a un pequeño pueblo como es Inazares). Padecía absoluto desconocimiento sobre el tema de la despoblación, sabía que existía, pero no estaba al corriente de los problemas que estaba causando en pueblos de tan escasa población como el que él mismo visitaba, pero pudo percibir el silencio tan ansiado; se paraba el pulso del tiempo, como antaño recordaba y se sentía extrañamente feliz, como si aquel lugar tuviera que retenerle y hacerle contar al mundo sus beneficios.  Al despertar en la mañana siguiente a su llegada, presencia un amanecer bucólico, oyendo los gallos mañaneros y sintió en su interior al niño que fue, recordando multitud de anécdotas que hicieron de ese día un instante inolvidable y un comienzo irreversible en su trabajo como escritor. Por ese tiempo era colaborador del periódico el Noroeste, y realizo un artículo hablando de sus sensaciones y emociones en ese adentrado pueblo del interior. Poco tiempo después realiza un curso on line con una periodista argentina Leila Guerreiro, maestra del periodismo narrativo, en el cual había que presentar un trabajo y releyendo los escritos de los que disponía se encuentra entre sus manos el relato de Inazares, se dio cuenta inmediatamente que seguía emocionándole. Toma la decisión de volver allí durante todo un ciclo, para poder vivir en primera persona como se vivía en invierno, como se respiraba en primavera, como se dormía en verano, y como podía disfrutar de los colores y sabores del otoño. Sus gentes y la ansiada partida de domino, sus charlas a la lumbre, sus hogazas de pan mojadas en aceite, y tantas y tantas vivencias inolvidables llenas de verdad, que tenían que dar forma a su libro. Y entre los viajes por el Noroeste y sus vivencias rurales, se decidió su destino como una revelación clara y cristalina. Comenzó a escribir una hermosa historia, para que las mentes de los que nos sentimos afortunados con las tecnologías despierten. Es una agradable manera de hacernos volver a valorar el privilegio de vivir rodeados de la naturaleza y de la bondad del hombre sencillo, anclado en sus raíces por voluntad propia.

Antonio es la figura del escritor narrativo que nos lleva con sus palabras sin ningún esfuerzo a las vivencias olvidadas por los años y el mal valorado progreso que a veces nos hace retroceder a nivel humanista. Una persona que dedica su tiempo a escuchar a los demás, a compartir con su pueblo la presentación de su libro, en la calle, con sus vecinos, ya disfruta de un reconocimiento merecido tanto por parte de ellos como por todo aquel que tiene el placer de disfrutar de su diálogo. Siempre hay un factor que responde a la necesidad de esas conversaciones; quizás el olvido, falta de respeto por el medio ambiente, o simplemente la concienciación del problema de la despoblación, quizás esos hermosos y cálidos recuerdos que resurgen cada día en el campo. La revelación de la intimidad es un valor inmaterial valiosísimo, un regalo muy generoso por parte de la persona que lo ofrece y por quien se preocupa en recibirlo; la capacidad de acoger a cualquier persona que se acerque a su entorno con la premisa de invitar al paseante a convivir demuestra existe gente llana y entregada a los demás que podemos considerar sabios humanistas.

La calidad literaria tiene que ser exigente pues la mayoría de las personas tienen una historia que contar, el lector que es verdaderamente el que realmente define con su lectura, su reconocimiento, y su opinión el relato integro constituido como obra literaria. Una vez que el escritor se introduce en este mundo sin retorno su exigencia se vuelve mayor, y su necesidad de aprender y corregir, de conseguir impregnar sus escritos de esa personalidad propia, como en este caso Antonio, como es la narrativa descriptiva menos requerida en esta época, donde la información corta y precisa es más demandada; pero siempre ha habido valientes que enfrentan su trabajo como premisa propia sin importarle las modas.

Ya ha demostrado su potencial talento siendo ganador del primer premio de Literatura Creajoven 2014 de Murcia con el relato ‘Echar la mañana’. Finalista en varios certámenes de poesía y cuento, como el Rendibú. Ha escrito en medios de comunicación como El Noroeste, La Opinión de Murcia, Leer o C’mon Murcia. En 2019 ha gozado de la beca Cultura y Creatividad otorgada por el Ayuntamiento de Murcia para el apoyo al emprendimiento en las industrias culturales y creativas en Factoría Cultural, donde ha encaminado la idea de un proyecto en el que se narre la realidad con la belleza de lo literario. “Una vida retirada” es su primer libro con el que nos deja embelesados, reflejo de aquellas vivencias donde podemos palpar cada minuto de lectura como si nuestros ojos estuvieran ciegos y nuestras mentes libres. Dirige su web personal [http://antonioefejimenez.com/] donde publica algunos de sus trabajos, así como columnas breves, literarias y de variopinta temática.

Desde este momento mi admiración personal por su trabajo. Bienvenido y sobre todo muy necesitados de tus palabras en este proyecto Icon Talents.

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