“El Probador”
Sergio López Barrancos/Maestro
Buenos vientos corren para todo aquel que ha decidido dedicar su tiempo y esfuerzo a preparar oposiciones a los diferentes cuerpos de la administración. Hace unas semanas el gobierno central se comprometió a convocar procesos de acceso a la función pública con una ingente cantidad de plazas. Otra cosa bien distinta es si las arcas del estado central y las administraciones regionales y locales podrán aguantar el envite.
En el ámbito educativo, es evidente que una reducción de la tasa de interinidad provocaría una estabilidad del profesorado en los centros y redundaría en una mejora de la calidad educativa y la estabilidad personal y familiar de miles de docentes en nuestra Región. Si bien es cierto que la administración debiera de articular sistemas de detección y corrección contra la “relajación funcionarial”. Un fenómeno que por desgracia existe aunque en mucha menos proporción de lo que la gente piensa.
A lo largo de mi carrera profesional la inmensa mayoría de compañeros son personas competentes, comprometidas, que se forman y actualizan sus conocimientos cada día para ser mejores docentes y poder conseguir que sus alumnos aprendan más y mejor. Y precisamente para proteger y motivar a los “buenos”, debemos identificar a las manzanas podridas y que la administración tuviera los recursos necesarios para invitarles a un cambio o incitarles a una salida digna del sistema público. Al fin y al cabo, los funcionarios públicos debemos funcionar y cuando dejemos de funcionar en nuestra tarea y no seamos competentes en lo nuestro, es preferible abandonar y dedicarse a otra cosa.
Ahora bien, cómo afrontar una oposición al cuerpo docente, aunque muchos de los “tips” que a continuación enumero son extrapolables a otros cuerpos de la administración. En primer lugar es imprescindible que tengas un horario real y ajustado a tus situación personal y profesional. Las oposiciones son tu nuevo trabajo y precisan de un calendario que sea inamovible y se respete sean cuales sean las contingencias que surjan en el día a día. Es fundamental generar ese hábito en el estudio en el opositor y también concienciar a la gente que está a su alrededor que deben respetarlo escrupulosamente. Por eso, con algún miembro de la familia oposita, al final, está opositando el resto de personas que comparten su día a día.
Tan importante como crear esos hábitos y buscar en nuestra agenda semanal huecos para el descanso y la desconexión, y que también sean inamovibles. Si queremos rendir al cien por cien nuestra mente debe parar y dedicarse a otras cosas al menos un día a la semana.
Unas oposiciones son una carrera de fondo, a muchas personas les ocurre el “síndrome del atracón”, comienzan los primeros meses sin descanso y a un ritmo muy por encima del que pueden asumir y a los tres meses llega el empacho. Muchos logran sobreponerse pero otros abandonan porque psicológicamente han llegado a su límite. Por es, hay que saber dosificarse y para eso cada uno debe ahondar en sí mismo y conocer su capacidad de resiliencia (ahora que está tan de moda la palabra).
Un truco que da muy buenos resultados es plantearse objetivos cortos, concretos y alcanzables. Hagamos una lista de objetivos semanales y mensuales donde planifiquemos qué tengo que estudiar, actividades, tareas, repasos, exposiciones, etc… Así sabrás en todo momento qué has hecho y qué te falta por hacer para llegar al momento de la oposición en las mejores condiciones.
Un consejo clásico es buscar el espacio más adecuado para el estudio, evitando distracciones y buscando la tranquilidad y la desconexión digital. En la actualidad el principal enemigo que tiene un estudiante es su móvil, “gracias” a él perdemos una cantidad ingente de tiempo diario directo e indirecto. Hagamos la prueba y contemos el número de veces de abrimos nuestro móvil para nada, simplemente por dependencia o costumbre.
Imprescindible realizar repasos recurrentes a los temas estudiados. Todas las oposiciones conllevan una gran cantidad de información que debemos almacenar en nuestro disco duro, y aunque digan lo contrario, el saber ocupa lugar. A veces, nos ofuscamos en avanzar a toda costa, pero no nos damos cuenta que el detenernos y afianzar un contenido es mucho más efectivo que aprender uno nuevo. Como el cuento de pulgarcito, debemos ir dejando migas de pan en el camino para saber volver a casa. Y en esa línea también debes ponerte a prueba, realizar simulacros y ensayos reales a casa, enfrentarte a una situación lo más real posible para aprender “estrategias” que te ayuden a salir del paso el día D a la hora H.
Y para mí, lo más importante, afrontar la oposición con una mentalidad positiva y ganadora. En un proceso selectivo no vale con aprobar, hay que ser el mejor y para serlo hay que creérselo y para creérselo hay que conocer mucho y trabajar mucho la autoestima y el autoconcepto. En SeLBa Oposiciones tenemos un método al que hemos llamado AGATSU, un término que nace en el seno del arte marcial japonés del Aikido y que significa que “La verdadera victoria es la victoria sobre uno mismo”. Y es que el principal enemigo que tenemos durante los duros meses de preparación de una oposición somos nosotros mismos. Un opositor “lucha” contra si mismo cada día, y aquel que se logra vencer es el que más preparado llegará a la “batalla” final.
Mucho ánimo a todos los que estáis en esta difícil travesía en vuestra vida, pero animaos a que creáis en vosotros mismos y a que luchéis por conseguir tener una profesión que os motive, que os ayude a levantaos cada día de la cama con alegría y que os posibilite tener una estabilidad personal y económica.