Ya en la calle el nº 1041

Alternando cruel sufrimiento con gloria del éxito, fallece Marie Fredriksson, cantante de “Roxette”

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Pedro Antonio Hurtado García

Imposible resultará olvidar a Marie Fredriksson, cantante de “Roxette”, dúo sueco que deja, para siempre, un amplio legado que se torna tan extenso como lo es su enriquecida discografía. El dúo lo componía, junto a la fallecida, el compositor y cantante Per Gessle.​ “Roxette” estaba valorado como uno de los grupos más importantes y exitosos de su país, aunque, eso sí, “con permiso” de los insuperables “ABBA”. Fueron, en cualquier caso, una de las más notables y poderosas bandas del pop de los ’80 y los ’90. Gun-Marie Fredriksson (30-05-1958, Össjö-Ängelholm-Skåne-Suecia/09-12-2019, Djursholm-Danderyd-Estocolmo-Suecia), artísticamente conocida como Marie Fredriksson, querida, respetada y muy considerada cantante y compositora sueca que debe su notable fama a sus muchos años como voz femenina del dúo “Roxette”. Fredriksson ha fallecido a los 61 años, después de haber luchado, incansablemente, para vencer el tumor cerebral que venía sufriendo, dolencia que le fue diagnosticada en el año 2002.

Insuperable voz.- El referido tumor, hasta le hizo olvidar la letra de las canciones, temas considerados himnos durante sus dos décadas gloriosas de éxitos continuados que seguían contando, actualmente, con una legión de renovados y crecientes seguidores. Recordemos “Sleeping in my car”, “Listen to your heart”, “It must have been love” (del film “Pretty woman”) o “Dressed for success”, canciones que nos han hecho bailar, disfrutar y divertirnos con la imperecedera música de este dúo convertido en estrella del universo musical planetario. Precisó, Fredriksson, volver a aprender las canciones. También, ejercitarse para, nuevamente, aprender a hablar y a caminar. Fue importantísimo que la voz no le fallara nunca sobre los escenarios, ni siquiera cuando tenía que cantar sentada, debido a sus notables dificultades para mover la pierna, o, incluso, sostenerse en pie. Un verdadero calvario que tuvo su inicio el día 11 de septiembre de 2002, fecha en la que se desmayó en su casa y ya no despertó hasta hallarse en el hospital.

Batalla clínica.- Era el comienzo de una durísima batalla con intensas y agotadoras sesiones de radioterapia, medicamentos agresivos y una extremadamente peligrosa intervención quirúrgica que transformó el físico de la debilitada Marie Fredriksson, lo que le hacía irreconocible por la calle. Su vida nunca fue fácil, desde el principio de su existencia. Llegó al mundo en el seno de una familia con muy escasos recursos, en el diminuto pueblo sueco de Össjö, con una población de poco más de un centenar de habitantes. Una de sus autobiografías mejor contadas, con la dureza que la realidad exige, se halla en “Listen to my heart”, esa preciosa balada, también triste, cruel y descaradamente real, que alumbró su compatriota periodista Helena von Zweigbergk, con una letra que recorre su vida: infancia, interminable lucha contra el cáncer y severas secuelas dejadas por la complicada enfermedad. También, perdió a una de sus hermanas, en un accidente de tráfico, con 20 años.

Talento y generosidad.- Sumergido en una consternación sin parangón, Per Gessle, la otra mitad del dúo. “No hace tanto que pasábamos los días y las noches en mi pequeño apartamento compartiendo sueños imposibles”, recordaba el guitarrista y compositor que, en las redes sociales, se despedía de su compañera con frases tan bonitas y entrañables como “Gracias por pintar mis canciones, en blanco y negro, con los colores más bellos. Fuiste la amiga más maravillosa durante más de 40 años. Ha sido un honor encontrar tu talento y generosidad. Las cosas nunca volverán a ser igual”. Fue a finales de los años ’70 cuando se conocieron los dos. De la banda de rock “Gyllene Tider”, formaba parte él, grupo que acabó su trayectoria debido a su disolución por fuertes disputas internas. Llegado 1986, formaron “Roxette”, nombre que eligieron gracias a la canción de los ’60 que interpretaba la británica banda “Dr. Feelgood” y que lucía esa denominación. No tardaron mucho en transformar en realidad esos “sueños imposibles” que, ambos, generaban y compartían en un apartamento de reducidas dimensiones: 80 millones de ejemplares vendidos, sumando singles y álbumes, son valores que dejan patente su atractivo intercontinental.

Disco imprescindible.- Triunfos iniciales en Suecia, pronto extendidos a Reino Unido y al mundo entero, adaptándose a la música más vanguardista de los ’80, donde, además del pop y el rock, también se acomodaban al sonido disco en algunas de sus canciones. Por cierto, escribimos esta crónica deleitándonos con la música de “Roxette”. No podemos dejar de recomendar a nuestros lectores el álbum titulado “The 30 biggest hits XXX”, un doble “CD” con 30 grandes canciones del dúo, incluídas todas las que hemos mencionado, una auténtica delicia que aconsejamos conservar muy a mano para esos momentos en los que les apetezca escuchar música agradable, bien ejecutada e interpretada con gusto y profesionalidad.

Irreemplazable.- “Mi voz nunca me ha fallado”, decía Fredriksson, porque nunca le abandonó, ni cuando los médicos le ordenaron que cancelara su última gira, en 2016. Pese a que necesitaba ayuda para subir la escalerilla, proyectaba una imagen, cuando se encaramaba al escenario, en la que, lejos de vérsele vulnerable, aparentaba fuerza, elegancia y toda una estrella que brillaba, dejando atrás los problemas de salud, gracias, quizás, a su mirada alta y penetrante, su micro multiplicando su voz, como lo venía usando desde que contaba con aquellos infantiles ocho años. Per Gessle, visiblemente atormentado, confirmaba que “Nunca reemplazaré la voz de Marie con otra chica, porque ‘Roxette’ es otra cosa diferente, es Marie y yo”.

Insoportable ritmo.- Marie Fredriksson no tenía ojos más que para Mikael Bolyos, su esposo, y sus dos hijos. Tras su primera y suficiente recuperación, regresó a los escenarios y lanzó, en solitario, el álbum “The Change”, con gira en Suecia. Vuelve con “Roxette”, en 2011, para afrontar otro álbum: “Charm School”, así como una gira de más de un año por los cinco continentes. Un “tour” más sencillo, un lustro después, para conmemorar los 30 años de “Roxette”, no le permitió soportar su ritmo. Dejó momentos inolvidables su último concierto, celebrado el día 8 de febrero de 2016, en Ciudad del Cabo, cuando Marie, con elegantísimo traje blanco y corbata, sentada en una silla y, con su mano izquierda, apoyada en el bastón, inicia “It must have been love” y deja al público ocuparse de su interpretación. Canceló la gira, aunque, no obstante, “Roxette” lanzaría, aquel mismo verano, un disco nuevo adicional: “Good Karma”, pero Fredriksson ya no pudo incorporarse a la promoción de ese plástico. Descanse en paz esta estrella que se hizo a sí misma y que alternó el sufrimiento más cruel con la gloria del éxito. Buenos días.

 

 

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