Ya en la calle el nº 1040

Adiós al transgresor, humanista, místico y soñador Franco Battiato

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Pedro Antonio Hurtado García

Asumir su pérdida es duro, pues era un artista diferente, completo, exigente, batallador y animado, siempre, a darle a su público lo mejor. Canciones convertidas en verdaderos himnos y versiones de partituras ajenas, incorporadas a su repertorio, fueron auténticos procesos de alquimia, magia y creatividad. Una de las canciones versionadas, por él, que más nos cautivó, fue la legendaria “Cucurrucucú, paloma” que tantos artistas han grabado y que, él, solamente tituló como “Cucurrucucú”, incorporando ritmos dispares, intensidad musical, ánimo bailongo, espíritu divertido y valores que aconsejan escuchar la canción una y otra vez. Mejorar la versión original es un arte que muy poquitos consiguen dominar y, nuestro fallecido, nos lo garantizaba.

Polifacético.- Franco Battiato (23-03-1945, Riposto-Catania-Sicilia-Italia/18-05-2021, Milo-Catania-Sicilia-Italia), cantante, escritor, compositor, cantautor, músico, guionista, pintor, realizador y director de cine que afrontaba multitud de disciplinas artísticas con enorme nivel de autoexigencia y al que la enfermedad de Alzheimer ha puesto fin a su vida, cuando tenía 76 años. Durante sus últimos días, contó con la compañía de los suyos, pero no era consciente de su marcado deterioro físico, ya que padecía una enfermedad que, ahora, va a quedar en secreto para siempre, o, al menos, en duda permanente, catalogándose su muerte como deterioro silencioso y rápido, aunque también es verdad que le ha mantenido retirado de los escenarios durante los casi tres años últimos de su existencia. Nadie podía sentenciar con certeza el nombre del mal que le aquejaba, pese a que, oficialmente, se haya ofrecido el que hemos mencionado. El lugar de su fallecimiento era su refugio preferido, considerado como un santuario colmado de discos, lleno de libros, rebosante de dibujos, cuadros, maderas especiales, objetos fantásticos y una capilla, lugares y objetos que utilizaba para su especial inspiración creativa.

Multitud de géneros.- Se ha caracterizado Battiato por su integración en numerosos géneros musicales, desde sus comienzos románticos; su incursión en el siempre difícil rock progresivo, cuando afloraba este género, allá por la década de los años ’70; ese pop filosófico que siempre ha cultivado y con el que derivó a la música culta, étnica y siempre comprometida, buscando la elegancia en sus composiciones y la pulcritud en cualquier momento. El rico panorama musical italiano tenía, en él, a uno de los personajes más eclécticos, singulares, diferentes y originales, conformando el siempre enriquecido bagaje que el arte del pentagrama ha ofrecido, permanentemente, en las tierras italianas.

Canciones emblemáticas.- Pero no sería justo dejar, ahí, la pincelada del “Cucurrucucú” y no referirnos a su repertorio propio, donde se alumbraron temas emblemáticos como ese divertido “Yo quiero verte danzar” que imperó hasta en las horas más concurridas de las discotecas; “Nómadas”, “Centro de gravedad”, “Mesopotamia” o “La estación de los amores”, entre otras muchas composiciones. Pero va a resultar más efectivo recomendar a nuestros lectores el doble CD que escuchamos mientras escribimos este obituario. Es un recopilatorio con sus mejores canciones, titulado “Collection – 29 temas en español”, con la gloria de escuchar a Battiato en su bien aprendida lengua de Cervantes.

Buscando el triunfo.- No lo tuvo fácil el intérprete, ya que, para triunfar, tuvo que pasar por festivales, actuaciones para públicos minoritarios, escenarios y recintos de toda condición, hasta labrarse un prestigio artístico que, luego, le fue respaldando durante toda su vida profesional. Por ejemplo, Battiato estaba estrechamente unido a su madre, Grazia, quien abandonó su existencia en 1994. Teniendo el cantante veinte años, falleció su padre. Y, con su madre, se trasladó a Milán, conocedores, ambos, progenitora y descendiente, de que, allí, estarían cerca del mayor foco de la industria musical italiana. Corría 1965 cuando compareció en el “Festival de San Remo”, para defender la canción titulada “L’amore é partito” (“El amor se ha terminado”). Su esfuerzo no cayó en saco roto, porque, en 1968, vino a firmar un contrato musical con la prestigiosa “Philips”, momento que discográfica y artista aprovecharon para lanzar versiones de conocidas canciones pop, lo que Franco Battiato bordaba, como ya comentamos antes.

A Eurovisión.- También fue invitado a representar a Italia en el “Festival de Eurovisión”, en 1984, logrando un quinto puesto clasificatorio, en Luxemburgo, al interpretar la canción titulada “I treni di tozeur”, tema que cantó, formando un provisional dúo, con Carla Bissi, artísticamente conocida como “Alice”. Fue un transgresor, icono de los músicos europeos, símbolo de la cultura moderna, personaje misterioso, hombre místico, valioso, soñador y único. De él, cabe decir muchas cosas grandes y le podemos colmar de gratitudes por toda la música que nos ha regalado. También, porque, nos ha enseñado a distinguir cómo se llena un escenario con la única presencia de una persona como era él; cómo se crea arte a base de serena improvisación y cómo se pone luz, en un espectáculo, con la simple genialidad de una palabra oportuna, un gesto especial o un sello tan propio e irrepetible como el suyo. Humanista, artista intelectual, alejado de reuniones sociales, nunca inmerso en multitudes, estudioso de la cultura italiana, con la que se identificaba plenamente; admirador de su madre, a la que recordaba con insistente frecuencia. Soltero empedernido, sin hijos, evitando manifestaciones políticas, cultivador de amistades extraordinariamente selectivas, usuario de traje y vegano que procuraba no pisar ni una hormiga, cristiano practicante, meditador y con alto sentido para un humor que practicaba con frecuencia, amén de declarar su creencia en los ángeles y en la reencarnación.

Oportuno regalo.- Maestro de maestros, discografía copiosa, temas cargados de mensaje y colmados de gloria. Leyenda de la música que colaboró con otros artistas, amante del teatro y trabajador incansable que, por añadidura, fue nombrado “Asesor de Cultura de la Región de Sicilia”. El mejor homenaje que podía hacerle Italia era ganar, como así ha ocurrido, el “Festival de Eurovisión”, premio que consiguió conquistar la rockera banda italiana “Måneskin”, en la noche del pasado sábado, gracias a su tema “Zitti e buoni” (“Callados y buenos”).

Descanse en paz un artista de enorme capacidad, de intensa dedicación y propietario de una legión de seguidores a nivel mundial. Buenos días.

 

 

 

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