Ya en la calle el nº 1040

Adiós a Pablo Milanés, cantautor de leyenda y trovador del idealismo y el romanticismo

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Pedro Antonio Hurtado García

Su discografía es inmensa, con más 40 álbumes en solitario, a los que hay que añadir varios más en conjunto, así como colaboraciones con distintos artistas, una discografía cargada de mensajes repletos de contenido, llenos de literatura, de reflexiones, de sentimientos y, sobre todo, de misivas de amor y cantos a una sociedad necesitada de escucharlos, razones y motivos que dieron lugar a la creación de la Nueva Trova Cubana, movimiento musical que floreció en la década de los años ’60, tras el establecimiento de la revolución cubana y los cambios políticos y sociales que ello trajo. Este movimiento fue creado por el fallecido, junto a Silvio Rodríguez y Noel Nicola, al que luego se sumaron, por pensamiento y actitud, numerosos artistas. Pablo Milanés Arias (24-02-1943, Bayamo-Granma-Cuba/22-11-2022, Clínica Universidad de Navarra-Madrid-España), músico, cantautor y poeta de enorme relieve internacional y reconocido prestigio por la calidad de sus composiciones, la seriedad de sus interpretaciones y el culto a la música que siempre protagonizó.

El maldito cáncer.- Estudió música en el “Conservatorio Municipal de la Habana” y su fallecimiento se ha debido a un cáncer de sangre frente al que luchaba y que disminuye la respuesta inmunitaria, conocido como síndrome mielodisplásico, dolencias que acabaron en una sepsis a la que no pudo vencer. Fue hospitalizado el día 12 de noviembre, en Madrid, prolongando su situación durante una decena de fechas que fueron las que pusieron fin a su vida. Nada más producirse su ingreso hospitalario, suspendió las numerosas actuaciones que tenía programas en Santo Domingo, México y España. El último concierto que ofreció en La Habana se celebró en junio de 2022. Sus últimos días los pasó junto a su quinta y última esposa, Nancy Pérez, en Madrid. Contaba con siete hijos y compartía una nieta con el Che Guevara. Tenía 79 años.

Un riñón “prestado”.- Consideraba a sus esposas como sus verdaderas musas, pues le proporcionaban toda la inspiración precisa para componer esas canciones eternas que nos deja, temas esenciales basados en el amor que quedan recogidos en títulos como “Sandra”, “Para vivir” o “Yolanda”. Fueron sus grandes amores Olga Ayoub (1961-1969), Yolanda Benet (1969-1973), Zoe Álvarez (1978), Sandra (1990-2002) y Nancy Pérez (2004-2022), a quien conoció en La Habana el mismo año en el que la convirtió en su esposa. Según publicaron algunos medios, en aquellos momentos, Nancy decidió donarle un riñón al artista para que superara la insuficiencia renal con la que convivía.

Distanciamiento por desencanto.- La capilla ardiente del artista se instaló en la Casa de América, en Madrid, donde el féretro de Milanés se hallaba acompañado por una inmensidad de coronas de flores, una fotografía y una guitarra, instrumento inseparable del cubano. Sus canciones, así como las de Silvio Rodríguez, su gran amigo y compañero, han sido la banda sonora de muchas generaciones de españoles y latinos. Considerado el trovador del idealismo y el romanticismo perdido en la isla caribeña, dijo que “Cuba es un pueblo adormecido por un gobierno estancado e incapaz de aportar nada nuevo”, además de criticar la represión y elogiar a los jóvenes cubanos. Un clarísimo amor por Cuba que le llevó a distanciarse de Fidel Castro, su hermano Raúl y sus sucesores, a pesar de que fuera, junto a Silvio Rodríguez, el gran estandarte de la revolución cubana, pero vino a reconocer su claro desencanto en 1992, momento en el que quedó definitivamente convencido de que “el sistema cubano había fracasado”, convirtiéndose en algo muy diferente a lo que, él mismo, tantas veces había cantado con su incomparable, muy bien identificada y afinada voz, divulgadora de poemas imperecederos y melodías envolventes y atrapadoras.

Sueño incumplido y esperanza frustrada.- Y, al final, no vio cumplido su sueño expresado en ese tema convertido en himno: “Yo pisaré las calles nuevamente”, referido a las calles ensangrentadas de Santiago, de Chile, para aclarar, llevado a las calles liberadas de Santiago, de Cuba, en este caso, así como de toda la isla, un tema que compuso con esmero, pero del que comentaba en los conciertos que lo alumbró en 10 minutos y que tanto paseó por el mundo cuando el criterio y el espíritu de la revolución eran mucho más esperanzadores. Corría 1974 cuando compuso esta emblemática canción, tras conocer la noticia de la muerte de Miguel Enríquez, primer secretario del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) chileno. “Esta canción la hice el 5 de octubre de 1974, 20 ó 30 minutos después de haber muerto en combate Miguel Enríquez”, comentó el artista en una actuación, instantes antes de entonar “Yo pisaré las calles nuevamente”.

Leyenda del siglo XX.- Y es que Milanés siempre estuvo implicado en las cosas de su querida Cuba, comprometido, identificado, cercano, sencillo, gran artista y mejor persona que nos deja canciones propias de una leyenda del siglo XX, como ha sido este hombre que ha sabido hacer convivir el amor de sus canciones y la esperanza clara y noble de una Cuba mejor, muy bien dibujada, también, en sus composiciones, que, al final y pese a su gran esfuerzo, es un deseo que no ha podido ver materializado, lo que queda definido en sus declaraciones de hace como un año y medio, cuando expresó aquello de “Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que, al final, lo que hace es encarcelarlo”. Por otro lado, a pesar de la campaña de odio orquestada por los afines del régimen en los días de la agonía del artista, el oficialismo cubano, representado por el propio presidente de la isla, Miguel Díaz-Canel, desde Moscú, dónde se encontraba, en viaje internacional, publicó en sus redes sociales: “El dolor llega con la noticia. Desaparece físicamente uno de nuestros grandes músicos. Voz inseparable de la banda sonora de nuestra generación”.

Canciones y espacios murcianos.- Nosotros nos seguiremos sintiendo cercanos a este poeta de la música con canciones como “Ya ves”, “El tiempo el implacable”, “Son para despertar a una negrita”, “El breve espacio”, “La novia que nunca tuve” y muchas más, amén de las citadas al principio. El cariño que se le tributaba a Milanés queda reflejado en las numerosas personalidades que han pasado por su capilla ardiente: artistas, como compañeros de profesión, con los que siempre se ha llevado de maravilla, responsables políticos, destacados de la cultura y el arte más diverso, deportistas y una amplia representación de esa sociedad silente y anónima que adoraba al intérprete, cuyas canciones ya son inmortales. Y nos quedamos, finalmente, con la suerte de haberle visto actuar en directo en Molina de Segura, Ceutí, Cartagena, San Javier, Cehegín, Murcia y un interminable etcétera de lugares.

Descanse en paz un grande entre los grandes, para el que ya se estudia un nuevo disco con sus más emblemáticas canciones, en la voz de intérpretes cercanos al cubano, como homenaje póstumo a su creativa figura. Buenos días.

 

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