Ya en la calle el nº 1040

18 de Diciembre de 1854: Inauguración de la Plaza del Progreso

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Francisco Fernández García
(Archivo Municipal de Caravaca de la Cruz)

Cuando todavía tenemos fresca la imagen de la Plaza Nueva repleta de puestos comerciales con motivo de la celebración del mercado medieval hemos de recordar que el próximo sábado 18 se cumplen 155 años de la inauguración de esta plaza y que fue precisamente la necesidad de ampliar el mercado, que en esas fechas se ubicaba en la Plaza del Arco y calles adyacentes, lo que dio origen a la misma.


Para su construcción el ayuntamiento caravaqueño adquirió por un importe de 5.000 reales unas casas ruinosas que se encontraban en la confluencia de las calles Melgares y Corral del Concejo. El acuerdo para su creación se adoptó el 16 de abril de 1854, remitiéndose el expediente formado a tal efecto al Gobernador de la Provincia para su autorización. Tras su aprobación por este el 28 de abril se formó un presupuesto que ascendía a 1.924 reales, que incluía el cubrimiento de la acequia que atravesaba el solar, la limpieza y retirada de escombros, el levantamiento y reparación de las paredes divisorias de las casas contiguas a las derribadas y el empedrado de la plaza.
En principio se pensó denominarla Plaza del Teatro ya que en uno de sus extremos se encontraba este edificio; sin embargo el 11 de diciembre, estando casi conclusas las obras, el Ayuntamiento cambió de opinión y acordó llamarla Plaza del Progreso y también la colocación de una lápida conmemorativa que al presente todavía se conserva en uno de los muros exteriores de la Parroquia del Salvador. En la sesión celebrada el 16 de dicho mes, tras ser informado el consistorio de la finalización de las obras, se dispuso la inauguración de la nueva plaza el lunes 18, aprovechando que ese día se celebraba el mercado semanal, trasladándose a ella “las mesas de tocino fresco y salado y los puestos de pan, pescado, saladura, frutas, ensaladas, agruras, arroz, patatas, cebollas y demas articulos de legumbres y berduras”.
La plaza no perdió nunca el carácter mercantil con que fue creada, instalándose en ella los días de mercado comerciantes de todo tipo y también durante la feria y fiestas de mayo. Asimismo fue el lugar elegido en 1884 para emplazar el mercado diario de abastos cuando se decidió retirarlo de la Plaza del Arco por los inconvenientes de tráfico que ocasionaba.
Durante su ya más siglo y medio de existencia esta plaza ha tenido otros nombres. En 1925 se le impuso el nombre de Plaza del Obispo Frutos Valiente, durante la II República volvió a llamarse del Progreso; en 1944 nuevamente del Obispo Frutos Valiente y finalmente en 1989 Plaza Nueva, nombre con el que los caravaqueños la bautizaron desde el primer momento y con el que popularmente ha sido conocida a lo largo de su historia.

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